La administración francesa, los estudiantes de Erasmus, las clases muy largas: son algunos aspectos del sistema universitario a los cuales tendrás que adaptarte si quieres estudiar en el extranjero, escrito desde la perspectiva de una estudiante inglesa.
La administración francesa
Los franceses son conocidos por su burocracia y su documentación excesiva: ya sea firmar un contrato de arrendamiento o abrir una cuenta bancaria. Puedes esperar encontrarte el mismo proceso para matricularte. Es probable que antes de tu partida ya hayas mandado cuatro fotos de pasaporte con impresos pero anticipa que necesitarás cuatro más cuando llegues para rellenar aun más impresos.
No olvides la documentación necesaria que confirma que estás asegurado. Los europeos precisan la nueva Tarjeta de Salud Europea (ver la página: www.ehic.ie ). Si no vienes de la zona europea, es posible que necesites una visa estudiantil para estudiar en el extranjero. Cuando llegues, el apoyo financiero está disponible para paliar los gastos del alquiler (ver: www.caf.fr ). Hay que abrir una cuenta bancaria francesa para recibir este subsidio.
La vida universitaria
Una diferencia principal entre la vida universitaria francesa y británica es la intensidad y el tipo del trabajo. En Francia, las clases pueden empezar a las ocho y durar tres horas sin pausa. Los exámenes son orales o escritos pero a menudo, no es necesario leer mucho fuera de la clase. Puedes obtener una buena nota si reproduces lo que has aprendido durante el semestre. Por eso, la preparación para los exámenes puede parecer más sencilla pero es sorprendente la cantidad de información que un profesor puede transmitir durante dos horas. Después de las clases, los estudiantes se quejan del calambre de escritor y durante el periodo de los exámenes, ¡los que han escrito sus apuntes a ordenador son muy populares!
Sin embargo, no puede decirse que los británicos no trabajan duro, hay que esbozar algunas diferencias fundamentales entre los dos sistemas universitarios. En primer lugar, todos los franceses tienen el derecho de ir a la universidad con el Baccalauréat. En Gran Bretaña, hay un proceso de solicitud (con la organización UCAS) más competitivo a un máximo de seis universidades, y existe la posibilidad de ser rechazado. También, la ética laboral cambia entre los dos países. Un estudiante de letras en Gran Bretaña tiene a menudo, menos de diez horas de contacto con sus profesores cada semana, pero un estudiante francés tiene muchas más clases. Por eso el sistema universitario se centra más en el aprendizaje personal en Gran Bretaña que implica mucha más auto motivación. (Salvo los científicos y los estudiantes de medicina que pasan más horas en el laboratorio.) Mientras que parece más fácil ser aceptado por una universidad francesa, es más difícil tener éxito y por eso, el fenómeno de redoublement o repetir un año es mucho más corriente.
Otra gran diferencia que encuentras en las universidades francesas es la tendencia, los fines de la semana, de irse a casa. En Gran Bretaña, los estudiantes escogen con frecuencia una universidad que está lejos de su casa y regresarán sólo por las vacaciones. A menudo, la universidad es la primera experiencia real de la independencia. En la cultura británica, se valora mucho esta “experiencia universitaria” y todo lo que incluye: beber, las fiestas y claro el aprendizaje. En Francia, muchos estudiantes se quedan en su región y van a su universidad local. Viven fuera de sus casas pero nunca están muy lejos.
El shock cultural
Cuando te mudas, siempre necesitas adaptarte un poco si sufres el sentimiento inicial de desplazamiento cultural. Puede ser el idioma, el tiempo o más bien simplemente la gente que te parecen extraños, pero hay siempre algo que es diferente de tu país. La comida puede jugar un papel más importante de lo que piensas. Hay sentido en la expresión de “consolarte con la comida”, sobre todo cuando te pierdes en el supermercado buscando un tarro pequeño de Marmite pero lo que encuentras en su lugar son estantes y estantes de Nutella. Los franceses son muy proteccionistas de sus productos alimenticios, así que ¡no olvides tu propio queso Cheddar!
Ten cuidado de las pastelerías y las panaderías que encuentras en la esquina de cada calle. ¿Cómo son los franceses tan delgados con la tentación de todos estos pasteles deliciosos? Hay una respuesta sencilla: ¡no los comen! El deporte es un fenómeno raro y el jogging no figura en su vocabulario, dar un paseo es una actividad mucho más respetable. En lo que concierne el estereotipo francés, descubrirás pronto que el mejor lugar para poner tu baguette es, de hecho, bajo el brazo, sobre todo cuando tienes muchas bolsas de la compra.
¿Por qué estudiar en el extranjero?
No deje pasar la experiencia de estudiar en el extranjero. Quizás parece que sea demasiado caro mudarte pero a menudo, las becas están disponibles en tu propia universidad o con el plan Erasmus. Es posible que tengas sólo esta oportunidad de vivir al extranjero antes de que comiences el trabajo, ¡aprovéchalo! Al estudiar en Francia, no te formas sólo una idea del sistema educativo, pero también de la cultura, de la gente y de la historia. Cada día, estás envuelto por un nuevo estilo de vida: puede ser una visita a la panadería, un paseo por el marché un sábado o una experiencia del sistema de transporte (¡su eficacia y sus huelgas!)
Haz uso de las organizaciones de la universidad para los estudiantes de intercambio porque además del club de deporte, son buenos para conocer a gente nueva. Es probable que tengas la meta de integrarte completamente en la vida universitaria francesa pero lo que pasa con frecuencia es que se forman grupos de Erasmus con una mezcla de nacionalidades. Las conversaciones incluyen todo los idiomas: francés, español, inglés, alemán, etc, y te formas rápidamente una red de amigos de todas partes del mundo.
¿Existe una razón mejor para estudiar en el extranjero que descubrir todos los secretos y matices de la vida francesa y establecer un grupo de amigos para facilitar tus viajes futuros?